'Alegro ma non troppo'; Carlo M. Cipolla. Ed. Crítica.

"La Primera Ley Fundamental de la Estupidez humana afirma sin ambigüedad que: Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo". Lo que uno nunca llega a saber es de que lado de la estupidez se encuentra.


martes, septiembre 04, 2007

Alan Smithee, el hombre que nunca estuvo allí

Entre los innumerables largometrajes que emiten las cadenas españolas es frecuente encontrar alguno dirigido por Alan Smithee, uno de los cineastas más prolíficos de la historia del cine. Sin embargo, sus labores no se limitan exclusivamente a la realización, sino que también figuran en su currículo trabajos de dirección de fotografía, montaje, interpretación e incluso escritura de comics. No se trata de un hombre del Renacimiento. Smithee no es un moderno Leonardo Da Vinci, simplemente es un hombre que no existe.

En 1969, un consagrado Richard Widmark estaba embarcado en el rodaje de La ciudad sin ley, filme del oeste dirigido por Robert Totten. Las desavenencias entre Widmark y Totten llegaron a tal extremo, que el actor solicitó a los productores que buscaran a otro realizador para finalizar la película. El mítico Don Siegel, responsable de La invasión de los ladrones de cuerpos, Harry el sucio y La fuga de Alcatraz, entre muchas otras, se incorporó entonces al rodaje. Una vez finalizado el filme, ni Totten ni Siegel accedieron a que su nombre apareciera en los títulos de crédito. La productora decidió atribuir la responsabilidad artística de La ciudad sin ley al inexistente Al Smith, nombre tan frecuente en Estados Unidos como Paco García en España. Sin embargo, el sindicato estadounidense de directores (DGA, Directors Guild of America) comunicó que Al Smith era un director en activo y que su nombre no podía ser utilizado. Como alternativa propuso Alan Smithee, seudónimo bajo el que se han refugiado en los últimos años múltiples realizadores insatisfechos con su trabajo.

Death of a Gunfighter


Entre los muchos cineastas que alguna vez han recurrido a Smithee figuran nombres tan ilustres como Sidney Lumet, John Frankenheimer, Dennis Hopper y Stuart Rosenberg. Durante décadas cientos de profesionales han recurrido a su nombre para solventar parte de sus problemas laborales. Sin embargo, en los últimos años su uso ha decaído. En 1997 se estrenó en EEUU la comedia An Alan Smithee Film: Burn Hollywood Burn, película que narra las peripecias de un director que trata de quitar su nombre de los créditos. No obstante, su esfuerzo resulta vano debido a una decisión aleatoria de sus padres: llamarle Allen Smithee. Debido a la publicidad creada por el filme, el sindicato de directores propuso reducir el uso de Smithee. Otro hecho que marcó su decaimiento lo propició American History X, largometraje protagonizado por Edward Norton. Ton Kaye, su director, solicitó a la DGA emplear el pseudónimo Smithee. La asociación no accedió al requerimiento alegando que Kaye había criticado públicamente el largometraje. El director contestó denunciando a la DGA. Debido a estos casos, los miembros de la Directors Guild of America aconsejaron que se usará un pseudónimo distinto en cada caso.

Para los curiosos, Internet está repleto de historias acerca de Smithee. Por ejemplo, la que circula sobre la versión extendida de Dune que se emitió en televisión. David Lynch era sustituido en los créditos por Smithee. Sin embargo, el nuevo autor del guión respondía al nombre de Judas Booth, aludiendo a la traición de los productores. Este y otros muchos cotilleos, confirmados y no, están en la web, sólo hay que salir a buscarlos.

Si no quiere que se asocie su nombre con algún trabajo ignominioso pida a sus compañeros de oficina que, a partir de ahora, le llamen Smithee, Alan Smithee.



Este artículo ha aparecido en Agenda de Prensa, web donde John Maynard Keynes colabora habitualmente.

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